martes, 27 de agosto de 2013

¿Sobreprotectoras?


A la hora de dejar a nuestro hijo, las madres somos capaces de hacer cual-quier-cosa. Googleamos jardines maternales cerca de casa o el trabajo. Preguntamos a amigos y compañeros. Leemos foros de madres para ver si lo que dice la web del jardín es verdad. Desconfiamos. Consultamos al pediatra. Llamamos a mamá (y porqué no a tu suegra) para contarle y ver qué opinan. En una de esas les da lástima y te ofrece cuidarlo ella. Recordás un par de desaciertos (como limpiarle la boca con el trapo de la cocina u… ). Pensás que está grande y merece disfrutar su tiempo como se le antoje. Además seguro le pone tele todo el día y al chico le van a quedar los ojos cuadraditos.

Entonces evaluás la posibilidad de una niñera, queriendo creer ilusamente que ella sí le va a hacer estimulación temprana, en tu casa, calentito, sin tener que salir a la calle que un freezer ni pescarse las mil y una pestes de los jardines. Pedís referencias. Bah, antes que nada evaluás costos. ¿La dejarías sola con los chicos? Ahí te agarró el miedito. Recordás historias truculentas de pelis, noticias varias y malas experiencias ajenas y como cuando perdés en un juego, volvés al principio.

Te decidís a hacer una investigación super exhaustiva, a lo Agatha Christie, de los jardines maternales, pensando que lo mejor es que interactúe con otros chicos. Navegando, preguntando o simplemente caminando por el barrio, te hacés de 3 o 4 lugares para visitar. Coordinás con las directoras y vas. El primero pinta bien. Pero cuando te muestran la sala donde va a estar parece más chica que tu baño. Encima la directora te aclara que “para no molestar a los chicos” el horario obligatorio es de 8 hs (sin excepción). Lo que significa que nunca podés ir a sacarlo antes, ni darle de comer si estás cerca y podés salir a mediodía. Sí, o sea no te dejan ver a Tu Hijo. Eso es comodidad para las maestras! No me jodan Hijas de Hitler! Segundo jardín: la sala es grande, el horario es flexible pero la seguridad menos 10! Un bebé no salió a la calle porque vos (absoluta desconocida de la casa) le cerraste la puerta. Descartado. 3er jardín (apuuren que se me acaba la lincenciaa!) todo mooy lindo, salvo que la luz les llega por carta. Si lo dejo ahí se me deprime. 

Después de encontrar la sala perfecta, con el horario libre, maestras divinas y niños felices… Un día tenés médico y lo terminás dejando una horita solo con la señora recepcionista (que por la edad, podría ser tu madre), de la cual la única referencia que tenés, son los 5 pisos por ascensor que compartieron, donde ni siquiera te habló del tiempo. ¿Seguridad de que salga corriendo con el carrito? Ninguna. Ok, me cuida gratis, pensás. Y no le pone tele porque no tiene. Lo más curioso es que se lo dejás relajadísima. Te hacés el estudio y antes de irte (comprobando que el bebe está enterito y sin un rasguño) se lo super agradecés. Entonces… ¿En cuál situación nos equivocamos?

martes, 20 de agosto de 2013

Madres obras de arte

Después de haber escrito muchas cosas sueltas en el dorso de las boletas a pagar, en los márgenes del cuaderno y/o detrás del ticket del super, hoy me dije basta de postergar post esperando que tus hijos te dejen escribirlos redondos, perfectitos y prolijos. Mejor, dejate llevar por las teclas, y que la cosa fluya. Improvisemos. Y acá estoy. Hoy me levanté pensando es que quería contarles a estas mamás blogueras (presentes y futuras) una idea de una amiga española que me encantó y por eso me sumé.

¿Porque se los cuento? Además de para que ustedes también se sumen, porque ella desde el no ser mamá se quiere poner en los zapatos y las cabezas de estas super mamás modernas que trabajan y crían hijos, que quieren ser excelentes profesionales y mamás presentes (entre otras muchas cosas).

Su proyecto se llama Super Wonam Shiva y es un homenaje a cada una de esas mamás que (tal como lo escribe Karol en su web) es mujer, madre, esposa, profesional, ama de casa y no por eso deja de ser diosa. Y lo mejor. Super Woman Shiva existe gracias, obviamente a las ideas de Karol como artista, pero sobretodo a los rostros y palabras de las madres reales que se han puesto en contacto con ella para ser parte de estas obras de arte.

En sus obras podrán ver tablas de planchar, guantes de goma, muñecas, perchas, changuitos de compra y tantos objetos ligados al estereotipo de las mujeres de los años 50 y 60. Que contrastan con llaves, mouse, revistas femeninas, espejito retrovisor, luces, es decir cada una de las santas madres, mujeres, amantes y amigas que se desviven para cumplir con todos los roles sin no morir en el intento.

Si te gustó la idea de ser parte de una obra de arte, date una vuelta por la web de SWS y mirá hasta donde podés llegar de la mano de Karol