jueves, 28 de junio de 2012

Terapia BLOG DEL DÍA

En días como éste pero hace dos años decidía abrir este blog para compartir con las embarazadas, madres y madres en potencia mis reflexiones, broncas, emociones, padecimientos, y sobre todo experiencias de hermosamente complicado mundo de ser mamá.

Al parecer el festejo de los 2 años se filtró y la gente del Blog del día nos regaló su premio http://www.blogdeldia.org/2012/06/terapia-de-primerizas/ y Quiqui para no ser menos nos regaló una noche de pesadillas y/o llanto que me llevó a una nueva reflexión.

Si los bebés (o de casi dos años ya podemos hablar de nenes) llora cuando tiene ganas, hace caca o pis cuando tiene ganas, se las ingenia (ya de grandecito no?) para trepar hasta donde están las galletitas y come cuando tiene ganas, prende la tele para que le pongas dibus, te lleva de la mano a su cuarto y te muestra los bloques o los autitos o los crayones para decirte que quiere jugar o pintar, estira la mano hasta llegar al cepillo de dientes cuando lo terminás de bañar y aunque juega más de lo que los limpia... algo hace. Hasta abre la heladera y saca la leche para que le sirvas. Con pibes taaaan avispados, despiertos, groososs... Alguien me puede responder ¿Por qué cuando tiene sueño NO se DUERME? 
Sé que tu comentario me va a dar una respuesta.

jueves, 21 de junio de 2012

La mamá de...


No es ninguna novedad para toda madre ande ahí del otro lado de la pantalla que una cuando gana un hijo o hija (la igualdad de género no conoce de límite de caracteres), pierde la figura, el sueño, el pelo (aunque algunos ganan canas verdes), salidas, libertades y mucho tiempo de pareja -entre otras mil cosas que se te ocurrieron mientras leías esto- , mbue dejame darte una mala noticia más: También perdés identidad.

Sí. Esa identidad que tantos años nos costó forjar. Después de aguantar tantos “vos sos la hija de...”, o en el coelgio cuando pasaban lista “vos sos la hermana de...”, o en cualquier cumpleaños, bautismo, velorio, reunión familiar, o simplemente viajando que -solo para dar charlar- te digan “vos sos la ahijada, sobrina, nieta, prima (complete con lo que más le gusta) de...”
Basta. Ya lo decía el ex Banco Río en una vieja pueblicidad “No hay nada más importante que un nombre.” Y aunque algunos padres modernos parecen que se ensañan con sus hijos, o por lo menos e nota que no todos eran queridos. Porque la verdad. Permitíme este paréntesis. ¿No es inhumano ponerle a un hijo Hipólito? Por más que venga del abuelo del abuelo del mismísimo prócer de la calle... ¡No da! ¿Pensaste que lo tiene que llevar toda la vida? ¿Pensaste en los gastes del colegio? Lo más suave que le van a decir es Hipo.

Pero volviendo a la reflexión inicial. Por si todavía no te diste cuenta. Vos dejaste de ser vos. Tu vieja que se peleó durante más de 9 meses con tu viejo para que te llamen como sos: perdió. Ya fue. Pereció. Kaput. Ahora desde la recepcionista, la maestra, la cocinera y hasta las amigas de tu “gordo/a” te llaman “La mamá de Joaco.” Posta que fue flasheante ver y escuchar a una personita concentrada en 90 centímetros de estatura mirandote a los ojos saludandote con ese nombre y preguntandote por tu hijo. Sinceramente sentí cómo se me caían 3 o 4 sotas encima. Viajé 20 años al futuro mentalmente y me vi en la misma situación frente a alguna harpía que se quería llevar al nene de casa. Ok. Volvamos. Tengo 20 años para asumirlo.

En fin. Resumiendo. Durante tus primeros 9 meses en la panza de tu mamá te llaman y desllaman (espero que exista el verbo) como se les va ocurriendo. Y vos estás desde adentro escribiendo y tachando tu cartelito que te vas a poner en con un alfiler en la camisa. Cuando nacés tu nombre dura entre uno y dos meses. Al toque te encuentran un sobrenombre que nunca está bueno (gordo, toti, popi, lechón, pompón y “algún día tengo que terminar el post”). Crecés y porfin podés hacerles saber cómo te gusta que te llamen. Y lo lográs hasta que algún tirano en la secundaria te rebautiza como “narigona, orejuda, tetota, puro culo como araña de techo... y demás atrocidades. Y finalmente desde que te formás profesionalmente hasta que sos mamá tenés un 50% de posibilidades de ser VOS, porque académicamente siempre te van a llamar por el apellido. Así que dale, sé vos o la mamá de, o la rusa, o todas a la vez y dejame un qué opinás acá abajo.